lunes, 27 de abril de 2015

2001: UNA EDICIÓN DESASTROSA

UNA MENTE MARAVILLOSA

Título original: A beautiful mind

Año: 2001
País: EE.UU
Duración: 129 min.
Fecha de estreno en España: 22 de febrero de 2002
Director: Ron Howard
Guión: Akiva Goldsman, según el libro homónimo de Sylvia Nasar
Música: James Horner
Montaje: Mike Hill y Dan Hanley
Fotografía: Roger Deakins
Productores: Ron Howard y Brian Grazer
Compañía: Universal Pictures/Dreamworks/Imagine Entertainment
Intérpretes: Russell Crowe, Jennifer Connelly, Ed Harris, Paul Bettany, Adam Goldberg, Christopher Plummer, Josh Lucas et al.

Ganadora de 4 Oscar: película, director, guión adaptado, actriz 


La película narra la vida de John Nash, un matemático de Virginia que logró el premio Nobel de Economía en 1994 por sus aportes a la teoría de juegos, la cual desarrolló durante su estancia en la universidad. 






2001 fue muy especial para la sociedad mundial, pero especialmente también para la estadounidense. Los trágicos atentados del 11-S afectaron profundamente al país norteamericano, provocando una gran conmoción social. Esta convulsión tuvo su reflejo en la gala de los Oscars de ese año, que se celebró en 2002: la Academia, al tanto de las críticas vertidas por la prensa mundial acusando de racista a la sociedad americana, decidió callar bocas premiando a actores afroamericanos en los apartados más importantes. Así, tanto Halle Berry como Denzel Washington lograron los Oscar como actriz y actor principal respectivamente; y Sidney Poitier, el Oscar honorífico. Ahí es nada.

Nada de esto sería noticia si no fuese porque tanto la actuación de Washington como la de Berry son bastante flojitas en comparación con las de otros compañeros nominados en la misma categoría. Por lo que respecta a la segunda, no tiene sentido que Nicole Kidman se fuese de vacío, pues ella es lo único que hace de "Moulin Rouge" una película soportable. Y tampoco veo nada de especial en el trabajo de Washington, ya que Russell Crowe le da una lección de interpretación poniéndose en la piel de John Nash. Pero claro, habiendo cometido el error (¿?) de premiar dos veces seguidas a Tom Hanks (en 1993 y en 1994), y tras haber ganado el neozelandés el Oscar al mejor actor el año anterior, estaba claro que, aunque lo mereciera, no se lo iban a dar. Y es que sobre premios inmerecidos va esta entrada, pues otra de las tantas patochadas a las que nos tiene acostumbrados Ron Howard, titulada “Una mente maravillosa”, se alzó con los premios más importantes. No obstante, hay que reconocer que el nivel del resto de nominadas era bastante bajo: ni la lenta y aburrida "Gosford Park" ni la incinerable pero a ratos divertida "Moulin Rouge" habrían sido dignas ganadoras. Tan sólo "La comunidad del Anillo" merecía el Oscar, pero teniendo en cuenta que los Académicos tenían pensado premiar a la trilogía en su conjunto, sus probabilidades de ganar eran nulas.

Lo que me lleva a afirmar que “Una mente maravillosa” no merece ser la ganadora del Oscar a la mejor película es que, aunque no es una mala cinta, tiene más aroma de telefilme de sábado por la tarde que de largometraje serio. Con una realización, un montaje y una fotografía más que decentes, destacan en ella sobre todo la música de James Horner, la gran interpretación de Russell Crowe y la impresionante belleza de Jennifer Conelly. El guion es muy del gusto de Hollywood, desarrollando una de esas historias del “sueño americano” en la que un hombre corriente –incluso hasta marginado- logra un éxito gigantesco únicamente con su trabajo y su esfuerzo.

La primera parte de “Una mente maravillosa” es bastante interesante: tenemos a John en sus inicios en la universidad, conociendo a su chica, trabajando para el Pentágono durante la Guerra Fría... hasta que llega la segunda parte y todo cambia. Es justo en este momento cuando se nos desvela un hecho que hace que todo lo que John ha vivido (y nosotros con él) se ponga en duda. Este giro argumental es lo único destacable del film, pues provoca que los espectadores le demos una nueva interpretación no solo a lo que vendrá después sino a lo que se nos ha contado hasta ese momento. Sin embargo, también es un arma de doble filo, ya que el efecto sorpresa del que somos víctimas cuando vemos la película por primera vez no sobrevive a visionados posteriores, perdiendo de esta forma “Una mente maravillosa” su principal aliciente y convirtiéndose en una cinta del montón.

En resumen: “Una mente maravillosa” no es en absoluto una película oscarizable: la dirección no pasa de decente; la historia pierde su efectividad tras el primer visionado; y ni Jenniffer Connelly, ni Paul Bettany, ni un elegante Christopher Plummer están inspirados -quizás solo Ed Harris se salve de la quema, pero su papel es tan breve que apenas podemos valorarlo-. Sus únicos aspectos destacables son la partitura de James Horner y la actuación de su protagonista, Russell Crowe –para mí, la mejor de su carrera-, la cual, para más inri, no fue reconocida adecuadamente por la Academia. Lamentable.


by Chuparrocas

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