sábado, 14 de marzo de 2015

1989: SÍ PODEMOS CONDUCIR POR TI

PASEANDO A MISS DAISY

Título original: Driving Miss Daisy

Año: 1989
País: EE.UU.
Duración: 94 min.
Fecha de estreno en España: 16 de marzo de 1990
Director: Bruce Beresford
Guión: Alfred Uhry, según su propia obra teatral del mismo título
Música: Hans Zimmer
Montaje: Mark Warner
Fotografía: Peter James
Productores: Richard D. Zanuck y Lili Fini Zanuck
Compañía: Warner Bros./Zanuck Company
Interpretes: Morgan Freeman, Jessica Tandy, Dan Aykroyd, Patti Lupone, Esther Rolle et al.

Ganadora de 4 Oscar: película, guión adaptado, actriz, maquillaje


Tras sufrir un accidente de coche sin graves consecuencias, el hijo de Daisy Werthan, una adinerada anciana del sur de EE.UU., decide contratar los servicios de un chófer. Pese a que Hok es un excelente trabajador, el hecho de que sea de raza negra hace que exista una tensa relación entre él y la señora Daisy. Sin embargo, con el paso del tiempo, lograrán entenderse, llegando a nacer entre ellos una profunda amistad.

Después del triunfo de "Rain Man", los años 80 se despedían con otra película de corte intimista, también más centrada en los sentimientos de los personajes que en hacer alarde de destrezas cinematográficas. En este caso le tocó el turno a "Paseando a Miss Daisy", una tierna cinta sobre la amistad, la tolerancia y la vejez.

La película, como digo, no hace gala de demasiadas florituras técnicas, estando todo su interés en la historia, la cual gira en torno a tres personajes: Miss Daisy, fenomenalmente interpretada por Jessica Tandy -la actriz más anciana hasta la fecha en ganar un Oscar-; Hok, encarnado por un primerizo Morgan Freeman (AKA el actor al que todos querríamos tener como padre); y Boolie, el hijo de miss Daisy, que no es otro que el gran Dan Aykroyd, habitual en la mayoría de los blockbusters ochenteros y protagonista de esa obra maestra del cine friki titulada "Los caraconos". Los tres están estupendos, aunque destacan especialmente los dos primeros, que rebosan química y carisma por los cuatro costados: Tandy y Freeman son el pilar de la película, y sin ellos "Paseando a miss Daisy" sería algo completamente distinto.

A parte de las interpretaciones, en "Paseando a miss Daisy" hay que destacar también otros aspectos, como el estupendo maquillaje o la fabulosa música de un -por entonces- desconocido Hans Zimmer, que se estaba ganando a pulso la popularidad de la que goza hoy en día. A sus detractores (aquellos que afirman que todos sus temas son iguales) les pido escuchen las bandas sonoras de "Madagascar", "El rey león" o incluso la de esta película, a ver si se parecen a las de "Gladiator", "El caballero oscuro" o "Piratas del caribe".

Sin embargo, no todo es bueno, bonito y barato en "Paseando a miss Daisy": al filme se le puede achacar un defecto, y ese es su precipitado final. O, mejor dicho, su no final, pues la película termina de forma extraña -al menos para el que esto escribe- y te deja con un sabor de boca un tanto amargo, como con la sensación de que falta algo, de que aún quedan cosas por contar... ¿o quizá se nos quiere dar a entender precisamente eso: que la historia de Hok y Daisy no terminará nunca? En cualquier caso, eso no quita para que la cinta de Bruce Beresford no sea un trabajo redondo.

En resumen, "Paseando a Miss Daisy" es una película preciosa, con una historia muy bonita, un mensaje muy importante pero una técnica que, aunque sí es cierto que es más elaborada que la de Barry Levinson en "Rain Man", tampoco es que sea para tirar cohetes. Una preciosa historia para una buena película.

by Chuparrocas

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