Título original: 12 Years a Slave
Año: 2013
País: Gran Bretaña
Duración: 134 min.
Género: Drama
Director: Steve McQueen
Guión: John Ridley, basado en la autobiografía de
Solomon Northup del mismo título
Música: Hans Zimmer
Montaje: Joe Walker
Fotografía: Sean Bobbit
Productor: Steve
McQueen, Brad Pitt, Dede Gardner, Anthony Katagas, Jeremy Kleiner, Anon Milchan
y Bill Pohlad.
Compañía: Summit
Entertainment/Brad Pitt/River Road Entertainment/New Regency Films.
Intérpretes: Chiwetel
Ejiofor, Michael Fassbender, Lupita Nyong'o, Paul Dano, Benedict Cumberbatch,
Paul Giamatti, Sarah Paulson, Brad Pitt, Alfre Woodard, Adepero Oduye, Chris
Chalk, Garret Dillahunt, Dwight Henry, Scoot McNairy, Taran Killam, Michael K.
Williams, Ashley Dyke, Quvenzhané Wallis, Rob Steinberg, Bryan Batt
Ganadora de 3 Oscar: película, actriz secundaria (Lupita
Nyong’o), guión adaptado.
Nueva York, 1850. Solomon Northup es un violinista afroamericano que vive
tranquilamente con su familia. Un día unos jóvenes le
piden hablar con él, pues quieren contratarle para que toque en una fiesta que se va a celebrar en un pueblecito del sur. Pero Solomon es engañado y acaba siendo vendido como esclavo, comenzando un
auténtico calvario que se prolongará durante más de una década.
Esta edición de los Oscar
estuvo marcada por la presencia de una película: "Gravity". El filme, falsamente considerado como perteneciente al género de ciencia ficción, dividió a los espectadores: por un lado, cosechó una gran
legión de seguidores, que alababan la atrevida propuesta de su realizador, el mexicano Alfonso
Cuarón; y por otro, conoció un amplio grupo de detractores (entre los que me incluyo) que sostenían que su hora y media de metraje no es más que una serie de fabulosas imágenes
espaciales sin ningún tipo de conexión narrativa. No obstante, "Gravity" arrasó en todos los certámenes de premios celebrados aquel año, revelándose como el fenómeno cinematográfico de 2013 (incluso ganó el Globo de Oro y el BAFTA a la mejor película dramática). Sin embargo, a la cinta de Cuarón le salió un duro competidor: un filme independiente, con un reparto de actores poco conocidos, titulado "12 años de esclavitud", que, milagrosamente, se fue haciendo con todos y cada uno de los premios concedidos por los críticos a lo largo y ancho de EE.UU. Esto dejó patente el fuerte sesgo que existía entre los gustos del público y los de la crítica: los espectadores se decantaban por el poderío visual de "Gravity", mientras que los expertos preferían la profundidad narrativa y el dramatismo de "12 años de esclavitud". Una división que tuvo como consecuencia que, por primera vez en la historia, hubiese dos ganadoras
del premio del Sindicato de Productores: "Gravity" y "12 años de esclavitud" compartieron el galardón a partes iguales.
Y fue precisamente en los premios de la Academia donde más patente se hizo el igualado duelo entre ambas películas, pues la ceremonia de esa noche fue uno de los mayores y más ridículos ejemplos de compensación que se recuerdan en toda la historia de los
Oscar. Mientras que el largometraje de Cuarón se convirtió en la gran triunfadora al hacerse con 7 estatuillas (entre ellas la de mejor director, y el resto perteneciente a apartados puramente técnicos), el filme de McQueen se convertía en la mejor película del año, al lograr el galardón más importante de todos: el de mejor película. De esta manera, la Academia se curaba en salud, al no decantarse abiertamente por ninguna: puso al mismo nivel las dos películas que habían acaparado todos los premios a lo largo del año. No había un ganador claro. Todos contentos.
Pero la pregunta que hemos de hacernos aquí es la misma de
siempre: ¿el premio a la mejor película fue merecido, o fue más un acto para
compensar al colectivo afroamericano? Las dos respuestas se deben responder de forma afirmativa, pues, ciertamente, "12 años de esclavitud" es una gran película, al menos mucho mejor
que la odisea espacial de Cuarón. Sin embargo, fueron muchas las voces discordantes que sostuvieron que el premio fue
concedido fundamentalmente con el propósito de contentar al colectivo actoral afroamericano de Hollywood, que es amplio. Unas quejas que, además, fueron alentadas por las declaraciones de uno de
los miembros de la Academia, que aseguró haber votado la película sin haberla
visto.
No voy a negar el factor conciliador que tuvo el premio a "12 años de esclavitud", pero eso no opaca en modo alguno la enorme calidad que atesora la cinta. Es cierto que el director Steve McQueen (no confundir con el actor Steve McQueen, protagonista de cintas como "La gran evasión", "Bullit" o "Los siete magníficos") posee un estilo demasiado personal, en la línea de realizadores como Scorsese, Tarantino o Fincher: todos ellos realizan un cine bastante poco convencional para los gustos y preferencias del gran público. De ahí que, cuando alguno de ellos quiere optar a ganar un premio, es habitual que tienda a "mitigar" su estilo, con el fin de acercarse más a los gustos del espectador medio.
Por ello, "12 años de esclavitud" no es la mejor película de McQueen, pero sí deja muestras de su enorme talento como realizador, ya demostrado en peliculones como “Hunger” o “Shame”, filmes todos ellos bastante duros y polémicos, protagonizados por su actor fetiche, el irlandés de origen alemán Michael Fassbender. De este modo, "12 años de esclavitud" se aleja de asuntos tan peliagudos como el terrorismo o la adicción sexual, y se centra en el tradicional tema de la esclavitud en EE.UU. durante el siglo XIX, tan manido en el cine a lo largo de las décadas. Pero, pese al tradicionalismo del tema, como he comentado anteriormente, McQueen no esconde su estilo, como lo demuestra la espectacular puesta en escena del filme, potenciada por la inmensa fotografía de Sean Bobbitt, o algunos momentos bastante desagradables, en los que se recrea, como la escena del ahorcamiento de Solomon, o el impactante plano secuencia de los latigazos de Patsey, que podéis ver en el vídeo de abajo, donde vemos a los tres principales protagonistas dando una verdadera lección de interpretación.
Por ello, "12 años de esclavitud" no es la mejor película de McQueen, pero sí deja muestras de su enorme talento como realizador, ya demostrado en peliculones como “Hunger” o “Shame”, filmes todos ellos bastante duros y polémicos, protagonizados por su actor fetiche, el irlandés de origen alemán Michael Fassbender. De este modo, "12 años de esclavitud" se aleja de asuntos tan peliagudos como el terrorismo o la adicción sexual, y se centra en el tradicional tema de la esclavitud en EE.UU. durante el siglo XIX, tan manido en el cine a lo largo de las décadas. Pero, pese al tradicionalismo del tema, como he comentado anteriormente, McQueen no esconde su estilo, como lo demuestra la espectacular puesta en escena del filme, potenciada por la inmensa fotografía de Sean Bobbitt, o algunos momentos bastante desagradables, en los que se recrea, como la escena del ahorcamiento de Solomon, o el impactante plano secuencia de los latigazos de Patsey, que podéis ver en el vídeo de abajo, donde vemos a los tres principales protagonistas dando una verdadera lección de interpretación.
Y es que, junto con el visual, es el apartado actoral uno de los más destacados de "12 años de
esclavitud". El papel protagonista lo lleva a cabo el innombrable actor británico Chiwetel
Ejiofor, en una interpretación bastante solvente que le valió la
nominación al Oscar al mejor actor principal. Sin embargo, es eclipsado por sus otros dos compañeros de
reparto, que también estuvieron nominados: el siempre eficaz Michael Fassbender,
y la debutante Lupita Nyong’o, cuyo papel le valió el Oscar a la mejor
actriz secundaria. Los tres brindan unas interpretaciones memorables, llegando
a su máximo esplendor en el ya mencionado plano secuencia del azotamiento de Patsey. Pero al trío
protagonista también le acompañan varios actores de renombre, como Benedict
Cumberbatch, el actor de moda actualmente, y una breve intervención de
Brad Pitt, también productor de la cinta. Con semejante elenco es lógico que
las interpretaciones sean uno de los pilares fundamentales de "12 años de
esclavitud"
En suma, la ganadora del
Oscar a la mejor película de 2013 es un gran filme, con una historia emotiva,
grandes interpretaciones y una buena dirección. Quizá su academicismo sea lo
que termine por lastrarla, pues McQueen deja de lado todo su potencial narrativo para optar
por un estilo más digerible por el gran público. Personalmente, pienso que la
ganadora debió ser "El lobo de Wall Street", cinta más atrevida y divertida que
la de Cuarón y McQueen. Quizá su salvaje propuesta tiró para atrás a los miembros de la Academia del cine de Hollywood, dando vía libre a la película sobre la esclavitud.
by Chuparrocas
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