lunes, 4 de mayo de 2015

2003: UNA PELÍCULA PARA ASOMBRARLOS A TODOS

EL SEÑOR DE LOS ANILLOS: EL RETORNO DEL REY

Título original: The Lord of the Rings: the return of the king

Año: 2003
País: Nueva Zelanda
Duración: 192 min.
Fecha de estreno en España:17 de diciembre de 2003
Director: Peter Jackson
Guión: Peter Jackson, Fran Walsh y Philipa Boyens, según la novela homónima de J.R.R. Tolkien
Música: Howard Shore
Montaje: John Gilbert
Fotografía: Andrew Lesnie
Productores: Peter Jackson, Fran Walsh y Barrie Osborne
Compañía: Newline Cinema/Wingnut Films
Intérpretes: Elijah Wood, Ian McKellen, Viggo Mortensen, Sean Astin, Liv Tyler, Billy Boyd, Dominic Monaghan, Orlando Bloom, John Rhys-Davies, Ian Holm, Christopher Lee, Cate Blanchett, Bernard Hill, Miranda Otto, Hugo Weaving, Andy Serkis et al.

Ganadora de 11 Oscar: película, director, guión adaptado, montaje, música, canción, efectos visuales, montaje de sonido, dirección artística, vestuario, maquillaje


Tras la derrota en el Abismo de Helm, los ejércitos de Sauron deciden realizar una última y brutal ofensiva atacando Minas Tirith, capital del reino de Gondor. Muy dañadas a pesar de la importante victoria, las fuerzas del bien deberán defender la capital cueste lo que cueste, aunque sus rivales les superen infinitamente en número. Por eso, en un intento desesperado para alcanzar posibilidades de victoria, Aragorn, Legolas y Gimli deberán adentrarse en las montañas de Sagrario para convencer a los espíritus de los muertos que luchen con ellos en la batalla, a pesar de que nadie, jamás, ha regresado del lugar con vida. Mientras tanto, Frodo y Sam, guiados por Gollum, inician la recta final de su viaje hacia el Monte del Destino, en cuyas lavas deberán destruir el Anillo Único y así acabar con el mal en la Tierra Media.

Desde que en 1955 el escritor sudafricano J. R. R. Tolkien publicara el tercer y último volumen de su trilogía "El Señor de los Anillos", el mundo del cine se planteó una y otra vez la posibilidad de trasladar aquella fabulosa historia a la gran pantalla. Sin embargo, era tal la envergadura de la obra y tantos sus admiradores en todo el mundo que sus posibilidades de éxito eran prácticamente nulas. Pasaron los años, y tras el intento fallido de Ralph Bakshi en 1978 de convertir el texto de Tolkien en un largometraje de dibujos animados, nadie volvió a hablar de ello. 

No fue hasta finales del siglo pasado, cuando, viendo el enorme potencial que tenían los efectos especiales modernos, la modesta compañía New Line Cinema decidió embarcarse en tan osada aventura. Poco a poco, la cosa fue cobrando forma hasta convertirse en uno de los mayores retos de toda la historia del cine. Mucha gente esperaba con anhelo su estreno para ver sus sueños hechos realidad. Otros, sin embargo, no querían que se estrenara nunca, pues desconfiaban de que Peter Jackson –un director que hasta entonces solo había hecho incursiones en el cine de serie B, y cuya única aportación al mainstream fue la bizarra “Los fantasmas atacan al jefe"- fuese capaz de llevar a buen puerto tan descomunal proyecto. Pero cuando en diciembre de 2001 apareció en las carteleras de todo el mundo “La comunidad del Anillo,” adaptación de la primera parte de la trilogía tolkieniana, el mundo quedó boquiabierto. La película irrodable había sido rodada. El cine parecía no tener límites.

Tras dos años en los que nos acostumbramos a que cada Navidad, junto al turrón y la lotería, nos llegara un capítulo de la trilogía, se estrenó "El retorno del rey", la adaptación de la última parte de la obra magna de Tolkien. Todos decían que era la mejor, quizá por aquello de que siempre lo mejor de una película es el final. No voy a ser yo quien lo discuta, pero lo cierto es que, después de haberla visto por enésima vez, y a pesar de ser una de mis películas favoritas, he encontrado en ella -¡quién me lo iba a decir!- algunos errores graves.

La raíz del problema, según creo, está en Peter Jackson, un tipo que cuando estaba entrado en kilos era más entrañable que ahora pero igual de mal director. Algunas frases, gestos o forma de actuar de los personajes, que en ocasiones resultan absurdas y poco creíbles, han salido de su imaginativa cabeza, genial a la hora de realizar películas de terror gore pero bastante mediocre a la hora de enfrentarse a superproducciones como esta. Además, el filme está lleno de fallos de raccord bastante graves, como que Frodo y Sam se disfracen de orcos para salir de la guarida donde el primero se encuentra prisionero, pero al rato aparezcan con sus ropas hobbits (a no ser que los orcos vistan con tirantes, claro). O que, en la escena de la Puerta Negra, en un plano veamos a los héroes montados a caballo pero en el contraplano posterior no haya ni rastro de los animales (¡y eso que estaban rodeados!).

Otro error grave -yo diría el más grave de todos- es la conclusión de la película. Cuando Jackson, al terminar toda la escena del Monte del Destino, nos muestra un fundido en negro y mantiene la pantalla en ese color durante un tiempo, parece que la película va a concluir. El problema es que faltaban cosas que contar, de manera que todo lo que viene después de esta escena parece un inserto a parte, como metido con calzador. Pero ahí no acaba la cosa, pues, como dice la ley de Murphy, si algo puede salir mal saldrá mal: tras gozar de las fabulosas escenas de la coronación de Aragorn y la emotiva despedida de los Puertos Grises -con ese barco alejándose en el horizonte, que sería el mejor y más elegante final para una trilogía que jamás nadie podía haber imaginado- llega el amigo Jackson y nos incluye, no sabemos muy bien por qué, una escena de Sam con sus hijos y su mujer y una voz en off de Frodo (¿?). Sí, dura menos de un minuto, pero destroza lo que podía haber sido un maravilloso final.

Sin embargo, en honor a la verdad, hay que reconocer que estos fallos son fruto más del afán por recortar la duración de un metraje excesivo que por una pésima realización. Aunque, ahora que lo pienso... si vas a hacer una película de tres horas y media, ¿por qué grabas más minutos? ¿Qué pasa con la planificación del rodaje? Teniendo en cuenta que Jackson es también uno de los productores de la cinta, estos fallos son perfectamente atribuibles a él. Aun así, y siendo justos, hay una cosa que nunca le podremos achacar: que careciera de los redaños suficientes como para enfrentarse a un proyecto de tal magnitud.

Pero por suerte "El retorno del rey" no es obra únicamente del señor Jackson, sino que a este le acompaña un equipo artístico y técnico  realmente impresionante, el cual podemos considerar el verdadero artífice de la película. Pasa como en el fútbol: si a un jugador mediocre le pones al lado de los mejores del mundo, al final el jugador mejora. Es la minuciosa labor del equipo de Jackson (cuando me enteré de que las anillas de las cotas de malla fueron engarzadas a mano, una por una, no salí de mi asombro) la que hace que la trilogía del Anillo sea casi una obra maestra. Así, "El retorno del rey" -y por extensión, las dos películas que la preceden- puede alardear de contar con una ambientación perfecta, a la que contribuyen factores como una descomunal fotografía, un formidable trabajo de vestuario y peluquería, un insuperable elenco de actores, y -sobre todo- una partitura prodigiosa, posiblemente la mejor música que jamás se haya compuesto para una película. Todo esto hace que la experiencia visual de "El Señor de los Anillos" sea impresionante, pues recrea a la perfección el mundo imaginado por el profesor de Bloemfontein. Asimismo, la labor de adaptación realizada por Peter Jackson y su mujer Fran Walsh -junto con Philippa Boyens- es magistral, habiendo sido capaces de eliminar todo el relleno de la obra literaria para sintetizar en poco más de 9 horas un relato de casi mil páginas.

En resumen: pese a sus graves fallos narrativos, "El retorno del rey" es, en conjunto, una auténtica obra de arte -en manos de un director con más oficio, habría sido prácticamente perfecta- que se convirtió, desde el momento de su estreno, en un auténtico fenómeno de masas. No en vano, ha sido la única película que ha ganado más Oscar haciendo pleno (11 premios de 11 nominaciones); la primera cinta de género fantástico que ha ganado un Oscar a la mejor película; la pionera de toda una serie de obras de cine épico-fantástico que han tratado de imitarla -tanto en su estética como en su forma de producción (rodando las tres pelis seguidas)- con desigual fortuna; y la enésima muestra de que en esta vida, con esfuerzo, paciencia, dedicación y talento, lo que en un principio puede parecer imposible se puede lograr.


by Chuparrocas

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