jueves, 15 de enero de 2015

1975: VOLANDO LIBRE

ALGUIEN VOLÓ SOBRE EL NIDO DEL CUCO

Título original: One Flew over the Cuckoo's Nest

Año: 1975
País: EE.UU.
Duración: 128 min.
Fecha de estreno en España: 7 de octubre de 1976
Director: Milos Forman
Guión: Lawrence Hauben y Bo Goldman, según la novela homónima de Ken Kesey
Música: Jack Nitzsche
Montaje: Lynzee Klingman y Sheldon Kahn
Fotografía: Haskell Wexler
Productor: Saul Zaentz y Michael Douglas
Compañía: United Artists/Fantasy Films
Intérpretes: Jack Nicholson, Louise Fletcher, William Redfield, Will Sampson, Brad Dourif, Christopher Lloyd, Danny DeVito et al.

Ganadora de 5 Oscar: película, director, guión adaptado, actor, actriz



Randle P. McMurphy es un ladronzuelo de tres al cuarto que se hace pasar por demente para que le ingresen en un manicomio y así librarse de la cárcel. Su carácter extrovertido y algo agresivo contrasta con el ambiente monótono y silencioso que reina en la clínica, con lo que pronto se convertirá en el líder del lugar, revolucionando a todos –enfermos y enfermeros- con su frenesí vital. Sin embargo, esta actitud no pasa desapercibida para la enfermera Ratched, una de las máximas autoridades del centro, quien teme que la intensa conducta del nuevo inquilino suponga un problema para la rutina del hospital, con lo que decide atar en corto a Randle. Pero este, harto de las órdenes de la enfermera, y tras comprobar que las estrictas normas del centro impiden el desarrollo intelectual de los pacientes y su correcta recuperación, decide rebelarse y tomar sus propias decisiones.

Fue "Sucedió una noche", el fabuloso largometraje de Frank Capra, la primera película de la historia que consiguió los cinco Oscar considerados los más valiosos: película, director, guion, actor principal y actriz principal. Tuvieron que pasar cuarenta años para que la misma hazaña se repitiera, y además, con toda justicia, pues “Alguien voló sobre el nido del cuco” está considerada como una de las mejores y más impactantes películas de la historia del cine.

"Alguien voló sobre el nido del cuco", la mejor obra de la dilatada filmografía del director checo Milos Forman, no es un filme que posea grandes alardes técnicos, ni espectaculares paisajes, ni multitud de extras. Es una película sobre emociones, sobre personas -más en concreto, sobre su psicología- y sobre la libertad, el tema más universal de todos. Solo que, a diferencia de lo que ocurre con otros dramas carcelarios como "Cadena perpetua" o "Pena de muerte", en donde hay una concepción más física o corpórea de la libertad, en este caso se trata más de una libertad de índole intelectual.

Y es que son los personajes -y las aventuras que estos viven- el núcleo en torno al cual gira la película, hasta el punto de que no podemos evitar encariñarnos con ellos: desde el propio Randle (posiblemente la mejor actuación de Jack Nicholson en toda su carrera); pasando por Cheswick; el Jefe; Taber (interpretado por Christopher Lloyd antes de convertirse en Emmet Brown e, inmediatamente, en mi ídolo supremo); Billy Bibbit (el debut en el cine de Brad Dourif, 26 años antes de meterse en la piel de Grima Lengua de Serpiente); o mi favorito, Martini, encarnado por un irreconocible Danny DeVito. Incluso se siente un poco de simpatía (o mejor dicho, de pena) por la propia enfermera Ratched, pues, a pesar de ser odiosa y acabar deseando que le pase lo peor, uno va viendo cómo se le va de las manos la situación y no puede evitar apiadarse de ella.

Por lo que respecta al argumento, en “Alguien voló sobre el nido del cuco” destacan especialmente las secuencias relativas a los intentos de McMurphy por hacer que esos amigos suyos sean, si no físicamente, sí al menos mentalmente libres. A este respecto, es relevante la bellísima escena de los campeonatos mundiales de béisbol, posiblemente la secuencia más mágica de toda la historia del Séptimo Arte. Se trata del momento clave de la película, pues, al tiempo que resume perfectamente su argumento, marca un punto de inflexión narrativo que divide la cinta en dos partes. Por fortuna, la he encontrado completa en Youtube, porque si tuviera que describirla con palabras se perdería todo su encanto. La tenéis en el vídeo que acompaña la entrada. Atentos a la cara de Louise Fletcher al final de la escena. Nunca con una mirada se ha dicho tanto.

Pero “Alguien voló sobre el nido del cuco” tiene muchas más escenas memorables: algunas mágicas y divertidas, como la del viaje en yate o la fiesta del final; y otras más duras y desagradables, como la parte del electroshock. Todas ellas sirven para mostrar lo que sienten, lo que sufren o lo que anhelan y no pueden conseguir los peculiares individuos que pueblan el hospital en el que se desarrolla la acción, haciendo de "Alguien voló sobre el nido del cuco" un espectáculo inolvidable que despierta en el espectador todo un cúmulo de intensísimas sensaciones: desde el cariño, la simpatía o la esperanza; hasta el odio, la repugnancia o el miedo. Así, tenemos una película que trasciende lo puramente visual para pasar a convertirse en una obra netamente sensorial, convirtiéndose de este modo en un largometraje perfecto. No en vano, ocupa un meritorio 15º puesto en el top 250 de IMDB, así que sólo me queda recomendaros (o mejor, rogaros) que la veáis. Da igual cómo lo hagáis: solos o en grupo; en el colegio, en la parroquia o en el trabajo; en casa o en un cine. Es una de esas obras a las que hay que acercarse antes de morir.

by Chuparrocas

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