martes, 21 de octubre de 2014

1960: AQUÍ EMPEZÓ TODO

EL APARTAMENTO

Título original: The apartment

Año: 1960
Páis: EE.UU.
Duración: 120 min.
Fecha de estreno en España: 19 de diciembre de 1962
Director: Billy Wilder
Guión: I. A. L. Diamond y Billy Wilder
Música: Adolph Deutsch
Montaje: Daniel Mandell
Fotografía: Joseph LaShelle
Productor/es: Billy Wilder
Compañía: MGM
Intérpretes: Jack Lemmon, Shirley MacLaine, Fred MacMurray, Ray Walston, Edie Adams, Jack Kruschen, Joan Shawlee et al.

Ganadora de 5 Oscar: película, director, guión, montaje, dirección artística

"Buddy" Baxter trabaja en una multinacional de Nueva York. A pesar de ser un empleado del montón, tiene gran facilidad para promocionar. Esto es debido a que presta su apartamento de soltero a altos cargos de la empresa para que lleven allí a sus conquistas, y estos, como compensación, le devuelven los favores en forma de recomendaciones. En una ocasión, la jugada llega a oídos del señor Sheldrake, el director de la empresa, quien, lejos de sancionar a Buddy, le pide también que le deje su apartamento durante una noche para llevar allí a su nueva amante. El problema está en que esta no es otra que la señorita Fran Kubelick, la joven ascensorista de la que Buddy está perdidamente enamorado.

Tras unos años 50 un tanto irregulares, en donde auténticos peliculones convivieron con bodrios decepcionantes, los Oscar, como reflejo de la historia de Hollywood, entraron en un periodo que se podría considerar como uno de los mejores -si no el mejor- de sus 85 años de historia. Esto no es extraño, toda vez que a partir de finales de los años cuarenta se empezó a evidenciar una gran crisis en el sector cinematográfico -motivada en parte por la aparición de la televisión en los hogares- que alcanzó su cenit a finales de 1950 y que obligó a las principales productoras a "echar el resto" -creativamente hablando- si no querían verse abocadas a la bancarrota. De manera que se podría considerar la década de 1960 como la traca final de unos deslumbrantes fuegos artificiales.

Esta década prodigiosa comenzó con una película que representaba la antítesis de su predecesora: "Ben-Hur". Una es colorida, la otra en blanco y negro. Una es espectacular, la otra modesta. Una es compleja, la otra sencilla. Todas estas diferencias no quieren decir que "El apartamento" -uno de los mejores trabajos de Billy Wilder- sea una mala película. Antes al contrario, "El apartamento" es, sin duda alguna, una de las mayores obras maestras que jamás ha dado el Séptimo Arte.

La película está bendecida con un guion sumamente original fruto de la mente de dos genios irrepetibles: I.A.L. Diamond y el propio Wilder, quienes no crean una comedia alocada como "Con faldas y a lo loco", ni un drama desgarrador como "Días sin huella", sino una comedietta romántica que se va haciendo más y más dramática a medida que transcurre el metraje. Y todo ello con un ritmo y una maestría que hace que sus dos horas se pasen realmente volando. A esto hay que sumarle otros factores, tales como el fabuloso montaje de Daniel Mandell, la emotiva -y absolutamente verosímil- historia de amor, la excelente música de Adolph Deutsch o la gran fotografía en blanco y negro del no menos inspirado Joseph LaShelle.

Pero gran parte de la culpa de que "El apartamento" sea como es la tiene el dúo protagonista: unos impagables Jack Lemmon y Shirley MacLaine. El primero, todo un genio de la interpretación, demuestra que no sólo atesora grandes dotes para la comedia, sino también para el drama. Sirva como ejemplo la tragicómica secuencia en la que intenta cuadrar los horarios para el uso de su apartamento porque quiere pasar la noche en su casa a causa de un resfriado. La segunda está realmente deslumbrante, no sólo por su belleza, sino también por la admirable interpretación que realiza, llena de gestos que lo dicen todo, como la mirada que le echa a Sheldrake cuando este le da los 100 dólares o la extraña sonrisa que le dedica a Baxter justo al final del filme. Como curiosidad: debido a la química reinante entre ellos, ambos actores volverían a aparecer juntos (aunque con unos cuantos años más) en otra película de Wilder "Irma, la dulce". Aunque en esa ocasión (todo hay que decirlo) no desprenden la magia que tienen en "El apartamento".

En suma: "El apartamento" es una auténtica maravilla cinematográfica. Un filme sólido, elegante, divertido, pero al mismo tiempo amargo, realista y de una emotividad que abruma. 120 minutos de puro CINE (con mayúsculas) por las que aún no ha pasado el tiempo. Con esta hacen tres las veces que la he visto y todavía sigue sorprendiéndome. Con razón es la película que despertó mi pasión por el cine.

by Chuparrocas

P.D.: En el programa 17 de nuestra segunda temporada, dedicado a la figura de Moebius, hablamos sobre esta película en nuestra sección de cine clásico. Aquí tenéis el enlace directo al podcast.

QUIZÁS TAMBIÉN TE INTERESE: 1959: Y EL VERBO SE HIZO CINE

No hay comentarios: