jueves, 4 de septiembre de 2014

1953: BARRIDOS POR LA MAREA

DE AQUÍ A LA ETERNIDAD

Título original: From here to eternity
Año: 1953
Páis: EE.UU.
Duración: 113 min.
Director: Fred Zinneman
Guión: Daniel Taradash, según la novela homónima de James Jones
Música: George Duning
Montaje: William A. Lyon
Fotografía: Burnet Guffey
Productor/es: Buddy Adler
Compañía: Columbia Pictures
Intérpretes: Burt Lancaster, Montgomery Clift, Deborah Kerr, Frank Sinatra, Donna Reed, Ernest Borgnine, Jack Warden et al.

Ganadora de 8 Oscar: película, director, guión adaptado, actor secundario, actriz secundaria, montaje, fotografía, sonido


Diciembre, 1941. Robert Lee Prewitt es un soldado del ejército estadounidense destinado en la base militar de Pearl Harbor, en Hawai, por petición personal. Debido a un accidente boxeando, en el que dejó ciego a un amigo, decidió abandonar el cuerpo de cornetas, donde se le consideraba el número uno, para convertirse en soldado raso. Conociendo su pasado como boxeador, el capitán Holmes le obliga a que pelee para el equipo del ejército, pero el recién llegado se niega a obedecer, atormentado por el fatídico recuerdo del accidente. Desde ese momento, Prewitt sufrirá todo tipo de injurias y malos tratos por parte de sus compañeros. Los únicos que parecen comprenderle en aquel lugar son el soldado Maggio, un viejo amigo de Prewitt, holgazán y fiestero; y el leal sargento Warden, que, sin embargo, mantiene una relación prohibida con la esposa de su jefe, el capitán Holmes.

Como comenté en una entrada anterior, la de los 50 fue una década llena de altibajos por lo que respecta a los Oscars, pues en ella hubo años en los que triunfaron películas pésimas y otros en los que las ganadoras se llevaron muy merecidamente una enorme cantidad de premios. Este último es el caso de la cinta que nos ocupa hoy: "De aquí a la eternidad", uno de los mejores y al mismo tiempo más controvertidos filmes de la historia de estos premios.

La película, basada en la novela de James Jones, dio mucho que hablar el año de su estreno debido fundamentalmente a dos hechos: por un lado, la ácida crítica al estamento militar estadounidense que realiza; y por otro, una escena bastante subida de tono para la época. Me refiero, claro está, a la archiconocida secuencia del tórrido beso en la playa entre Burt Lancaster y Deborah Kerr (cuyo vídeo podéis ver más abajo), probablemente el momento más erótico -y también quizás uno de los más icónicos- de toda la historia del cine.

Pero, entrando ya en materia, hemos de decir que el plato fuerte de "De aquí a la eternidad" es su espectacular reparto. Junto a los ya mencionados Burt Lancaster y Deborah Kerr, en el largometraje participan figuras de la talla de Montgomery Clift, Dona Reed o el propio Frank Sinatra (estos dos últimos, ganadores del Oscar en las categorías de actor y actriz de reparto, respectivamente), aparte de un breve pero relevante cameo de Ernest Borgnine. Todos ellos están magníficos, aunque el que destaca particularmente sea el bueno de Frankie Ojos Azules. Por aquel entonces, el crooner más famoso de la historia estaba atravesando una etapa artística bastante decadente, de manera que accedió a actuar en la película por muy poco dinero pero con una sola condición: su nombre debía aparecer en los primeros lugares durante los créditos. Esta, a priori, loca decisión terminó revelándose como sumamente acertada, pues, aunque parezca increíble, Sinatra nos brinda una interpretación magnífica, digna de un actor profesional. Años atrás, uno de sus maestros, Bing Crosby, ganó el Oscar por la simpática "Siguiendo mi camino", en la que sacaba a relucir sus dotes como cantante. En "De aquí a la eternidad", por el contrario, Sinatra no canta (de hecho, apenas tararea) sino que actúa. Y además lo hace encarnando a un personaje tan complejo como es el de Angelo Maggio, papel este que sirvió para darle un nuevo impulso a su, por aquel entonces, maltrecha carrera musical. Se rumorea que, tras recibir la estatuilla dorada, en lugar de celebrarlo con los demás en el RKO Theatre de Los Ángeles, se paseó con ella por las calles de Beverly Hills para que todo el mundo la viera.

Por lo que respecta a los demás aspectos, "De aquí a la eternidad" cuenta con la sólida dirección de Fred Zinneman y con un montaje, una fotografía y una música sobresalientes. A esto hay que sumarle su apoteósico final: no creo que os haya resultado difícil deducir, al leer la sinopsis, que la fecha y el lugar en los que se desarrolla la historia coinciden exactamente con el famoso bombardeo japonés que abrió el teatro del Pacífico en la II Guerra Mundial. Un acontecimiento que es narrado en el desenlace de la película con una intensidad y espectacularidad impresionantes, nunca vistas hasta entonces.

En resumen: analizándola aspecto por aspecto, hemos de concluir que "De aquí a la eternidad" es una de las mayores obras que ha dado el Séptimo Arte. Una película imprescindible.



by Chuparrocas

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