martes, 10 de junio de 2014

1948: CUANDO CINE Y TEATRO SE FUSIONAN

HAMLET

Título original: Hamlet
Año: 1948
País: Gran Bretaña
Duración: 150 min.
Fecha de estreno en España: 17 de noviembre de 1949
Director: Lawrence Olivier
Guión: William Shakespeare
Música: William Walton
Montaje: Helga Cranston
Fotografía: Desmond Dickinson
Productor/es: Lawrence Olivier
Compañía: J. Arthur Rank Enterprise/Two Cities
Intperpretes: Laurence Olivier, Jean Simmons, Eileen Herlie, Basil Sydney, Peter Cushing, Felix Aylmer, Stanley Holloway, Esmond Knight, Anthony Quayle, Christopher Lee et al.

Ganadora de 4 Oscar: película, actor, vestuario, dirección artística

Hamlet, heredero al trono de Dinamarca, recibe una noche la visita del fantasma de su difunto padre, quien le confiesa que fue asesinado por su propio hermano, el tío de Hamlet y actual rey. Desde ese momento, el joven príncipe solo pensará en la forma de matar al actual monarca y vengar así la muerte de su amado progenitor.

En muchas de mis visitas a los teatros madrileños suelo discutir con mi hermano sobre un tema la mar de interesante: si grabas con una cámara una obra de teatro, ¿estás haciendo cine o solo filmando una obra de teatro? Puede parecer una chorrada, pero lo cierto es que la charla tiende a alargarse horas sin que lleguemos a una conclusión clara. La película que hoy nos ocupa pretende esclarecer más o menos tan (aparentemente) complicado dilema.

Y es que la versión que Sir Lawrence Olivier realizó de la famosa obra de William Shakespeare en el año 1948 es una auténtica obra de teatro filmada: no cuenta con un guion adaptado de la tragedia literaria original, sino que es el propio texto shakespeareano literal -con algunos recortes- el que sirve de base argumental de la cinta. Asimismo, los decorados son manufacturas de cartón piedra (curioso que haya ganado el Oscar a la mejor dirección artística). Incluso las interpretaciones tienen la sobreactuación típica de los escenarios. No obstante, todo el reparto está dirigido con soltura y cumple con creces su cometido, especialmente el propio Olivier, que se reservó para sí el rol protagonista. Un trabajo que se vio recompensado por la Academia con un Óscar al mejor actor, convirtiéndo de esta manera al actor inglés en el único intérprete que ha ganado este premio dirigiéndose a sí mismo. Por todo ello, "Hamlet" puede parecerles un poco tediosa a todos aquellos espectadores no aficionados al teatro.

Pero si "Hamlet" ganó un Oscar a la mejor película es porque, efectivamente, es una película. ¿Y qué es lo que me lleva a realizar tal afirmación? Pues, por un lado, unos movimientos de cámara milimétricamente estudiados; y por otro, una fotografía y un montaje previamente planificados: "Hamlet", pese a contar con rasgos netamente teatrales (como los mencionados más arriba) posee un estilo narrativo puramente cinematográfico, que es lo que diferencia a una obra de teatro filmada (por ejemplo, la grabación de la representación en directo de una ópera de Verdi) de una película que tiene como base una obra de teatro. Y la prueba más sólida de que esta "Hamlet" es realmente cine la encontramos en la preciosa secuencia de la pantomima de los cómicos en el palacio real: la cámara se mueve repetidamente de derecha a izquierda de la pantalla, mostrándonos la función de frente al objetivo y a los espectadores entre las sombras y de espaldas a este. Una secuencia que demuestra que el señor Olivier no sólo era un gran director escénico, sino también un excelente director de cine. Aún así, aquel año el Óscar terminó en las manos de John Huston por "El tesoro de Sierra Madre".

De manera que, y a modo de conclusión, podemos decir que la "Hamlet" de Lawrence Olivier es un perfecto híbrido entre obra teatral y obra cinematográfica: delante de las cámaras hay unos actores espléndidos y un atrezo digno de los mejores teatros del mundo; y tras ellas nos topamos con unas secuencias cuidadas al milímetro y un director que no titubea a la hora de contar cosas a través de -y tan solo con- las imágenes. 

P.D.: Para gozar de la película en todo su esplendor es recomendable verla en versión original. Solo así se podrá disfrutar de la musicalidad de los versos de Shakespeare y la fantástica entonación de los actores. No obstante, hay que reconocer que el doblaje al castellano de la cinta es absolutamente magistral, hasta el punto de que la única versión disponible en DVD en España no ha sido todavía remasterizada ni redoblada pese a su pésima calidad de imagen y sonido.

P.D. II: Esta técnica narrativa se intentó imitar 13 años después en nuestro país en la versión cinematográfica que Fernando Fernán Gómez hizo de "La venganza de Don Mendo". Sin embargo, a mi juicio, la calidad de ambas películas es bastante dispar.

A continuación, la escena en la que Hamlet se encuentra con el fantasma de su padre.


by Chuparrocas

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