jueves, 15 de mayo de 2014

1943: PARIS, JE T'AIME!

CASABLANCA

Título original: Casablanca

Año: 1942
País: EE.UU.
Duración: 100 min.
Fecha de estreno en España:19 de diciembre de 1946
Director: Michael Curtiz
Guión: Julius J. Epstein, Philip G. Epstein y Howard Coch, según la novela "Evebody comes to Rick's", de Murray Burnett y Joan Allison
Música: Max Steiner
Montaje: Owen Marks
Fotografía: Arthur Edeson
Productor/es: Hal B. Wallis
Compañía: Warner Bros.
Intérpretes: Humphrey Bogart, Ingrid Bergman, Paul Henreid, Claude Rains, Conrad Veidt, Sydney Greenstreet, Peter Lorre et al.

Ganadora de 3 Oscar: película, director, guión

1941. Europa entera está azotada por la guerra. Miles de personas emigran a Lisboa, donde todos los días parte un avión con destino a EE.UU., sinónimo de libertad. Unos tienen suerte y pueden llegar, pero otros no son tan afortunados y deben cruzar el Mediterráneo y parte de África para llegar a Casablanca, con la esperanza de poder coger allí el avión que les lleve a Portugal. Esto convierte a Casablanca en una babel a la que millones de refugiados terminan dirigiéndose para, en muchas ocasiones, permanecer atrapados allí toda su vida. El corazón de la ciudad es el Rick's, un cabaret regentado por un americano cínico, rudo y decidido en el que se hacen todo tipo de negocios. Un día uno de sus más fieles clientes le pide que guarde unos salvoconductos destinados a Viktor Lászlo, un rebelde checoslovaco buscado por los nazis, y su esposa. Aunque Rick accede gentilmente a guardar los documentos y entregárselos a la pareja, los problemas llegan esa misma noche cuando descubre que la señora de Lászlo es en realidad Ilsa, una hermosa mujer con la que Rick, tiempo atrás, vivió un intenso romance en el París previo a la ocupación alemana. En ese momento, Rick deberá decidir si hacer caso al honor y ayudar a Lászlo y a su esposa a evadirse de los nazis, u obedecer a sus sentimientos y emplear los salvoconductos para huir con Ilsa fuera de Casablanca.

El cine, tal y como ocurre con cualquier disciplina artística, suele reflejar en sus creaciones los rasgos principales de la sociedad de la que procede. De ahí que 1943 fuese un año de enorme presencia bélica entre las cintas nominadas a mejor largometraje: "Por quién doblan las campanas", la obra de Sam Wood centrada en la Guerra Civil Española; "Sangre, sudor y lágrimas", basada en la batalla de Creta; o "Alarma en el Rin", sobre las vicisitudes de una familia europea exiliada en Estados Unidos. (Paradójicamente, la gran triunfadora de la noche fue una cinta que nada tenía que ver con la guerra: "La canción de Bernadette", la historia de una niña a la que se le aparece la Virgen de Lourdes que se hizo con 4 de los 11 premios a los que optaba.) Sin embargo, en esta edición hubo una película que estuvo por encima del resto de nominadas. Incluso me atrevería a decir que por encima de cualquier otra película que se haya estrenado en años anteriores, que se estrenase en aquel año y que se estrenará en los próximos siglos, hasta que el supervolcán de Yellowstone nos lo permita. Y esa película no es otra que "Casablanca", la obra maestra de Michael Curtiz de la cual ya hablamos en su día en nuestro programa.

"Casablanca" es una película ejemplar en todos los aspectos. Puede que carezca de la ampulosidad y la épica de muchas de las grandes obras de cine de la historia, pero es absolutamente perfecta. Es más: precisamente una de las virtudes del largometraje estriba en la ausencia de esa "espectacularidad" en pro de la sutileza y el intimismo. Gran parte de la culpa la tiene la bellísima fotografía de Arthur Edeson, quien configura postales realmente inolvidables, como la escena del diálogo entre Rick y Sam, los dos solos en el bar; o toda la última parte del aeródromo: una lección magistral, fotograma a fotograma, de cómo se debe encuadrar una secuencia.

La dirección de Curtiz también le va a la zaga. El director húngaro-americano nos brinda secuencias de una belleza arrebatadora (la escena de la estación, en la que la lluvia borra las letras de la carta como si se estuviesen llevando el amor para siempre) y otras simplemente impresionantes (la parte en la que TODO EL CAFÉ DE RICK canta la Marsellesa -para el que esto escribe, la mejor interpretación del himno francés jamás realizada-). Del mismo modo, las interpretaciones de todos y cada uno de los miembros del reparto -desde el dúo protagonista hasta el figurante más insignificante- no tienen (ni creo que tengan) parangón en la historia del séptimo arte. Bogart está magnífico interpretando a un personaje fuerte, impertérrito, frío... pero que termina claudicando ante lo único que no puede controlar: el amor. Ingrid Bergman demuestra que no sólo era una mujer bellísima, sino una de las mejores actrices que han pisado el planeta Tierra. Los secundarios -como Paul Henreid, Claude Reins, Peter Lorre o incluso Conrad Veidt en el papel del mayor Strasser- están también superiores. Si no fuese porque se trataba de Humphrey Bogart y de Ingrid Bergman, cualquiera de ellos podría haber eclipsado perfectamente a los protagonistas.

Pero si por algo destaca "Casablanca" es por su guion. No sé si será el mejor jamás escrito (se dice que fue compuesto sobre la marcha para que los actores no se relajasen ni un segundo al ignorar el destino que correrían sus personajes) pero sí el que más frases memorables por segundo tiene. Cualquier cinéfilo podría recitar de memoria el diálogo final entre Rick e Ilsa, y muchas de las frases de Rick forman parte del acerbo cultural universal, como por ejemplo la que da título a nuestro programa: "Tócala otra vez, Sam", una cita que, curiosamente, no se dice en ningún momento en la película. Ni siquiera en el doblaje de la nueva versión, en la que por ejemplo sí nos descubren, después de casi 60 años viviendo en la ignorancia, que Rick "luchó contra el fascismo en España" (todo un honor, por supuesto). 

Y es que, la miremos por donde la miremos, no hay nada que achacarle a "Casablanca". Quizás -por poner una pega- el innecesario flashback del romance parisino, o la famosa escena en la que Sam y Rick llegan a la estación empapados por la lluvia pero se suben al tren completamente secos. No obstante, se trata de fallos mínimos que no empañan, en modo alguno, la grandeza de esta película mítica, que, no en vano, ocupa el puesto número 28 en la lista de IMDB de las 250 mejores películas de todos los tiempos. Una auténtica obra maestra del cine, con todas y cada una de las letras.

A continuación, tenéis el vídeo de la película completa en su versión doblada al español.




by Chuparrocas

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