domingo, 4 de mayo de 2014

1940: SOÑANDO CON MANDERLEY

REBECA

Título original: Rebecca
Año: 1940
País: EE.UU.
Duración: 128 min.
Fecha de estreno en España:10 de diciembre de 1942
Director: Alfred Hitchcock
Guión: Robert E. Sherwood y Joan Harrison, según la novela homónima de Daphne Du Maurier
Música: Franz Waxman
Fotografía: George Barnes
Productor/es: David O. Selznick
Compañía: Selznick International Pictures
Intérpretes: Laurence Olivier, Joan Fontaine, George Sanders, Judith Anderson, Nigel Bruce, Reginald Denny, C. Aubrey Smith, Gladys Cooper et al.

Ganadora de 2 Oscar: película, fotografía

Una acaudalada señora y su joven dama de compañía están pasando una temporada en Montecarlo. Allí conocerán a Maxim de Winter, un apuesto y distinguido joven de clase alta cuya esposa, Rebeca, murió en un accidente naval. Durante su estancia en la ciudad ambos jóvenes vivirán un apasionado romance que terminará en boda. Una vez convertida en la nueva señora de Winter, la muchacha deberá enfrentarse a su más difícil prueba: la mansión Manderley, la lujosa finca de los de Winter, en la que se dice que aún permanece el espíritu de la difunta Rebeca.

Quizás Alfred Hitchcock sea -con el permiso de Steven Spielberg- el cineasta más famoso de todos los tiempos, fundamentalmente gracias a haber elevado a cotas insuperables el género del suspense. Sin embargo, como me imagino que muchos sabrán, nunca ganó un Oscar como director. No obstante, se podría considerar que la afrenta queda (medio) enmendada con el que obtuvo en 1940 la película que hoy nos ocupa: "Rebeca", el primer trabajo estadounidense del realizador británico. A muchos les parecerá extraño que este filme ganase el Oscar a la mejor película y no al mejor director, pero es que uno de los rivales de Hitchcock en esa categoría no era otro que el mítico John Ford quien, gracias su magistral "Las uvas de la ira" -un crudo retrato de la sociedad de la Gran Depresión en el que se nos narran las miserias de una familia obrera que viaja desde su pequeño pueblo hasta California esperando encontrar trabajo- obtuvo el que sería el segundo Oscar de su carrera.

No obstante, ambas películas -hay que señalar- tenían duras competidoras, como la divertida "Historias de Filadelfia" o la genial "Luna nueva", una frenética comedia sobre los desmanes de la prensa amarilla protagonizada por Cary Grant que, pese a estrenarse ese año, no estuvo finalmente entre las nominadas. Por ello, se puede afirmar que 1940 recibió la herencia de 1939 en lo que a calidad cinematográfica se refiere. Aun así, la mejor película de ese año fue "Rebeca", una cinta que, pese a no tener nada que hacer ante el largometraje de Ford, cuenta con grandes virtudes.

Lo que más destaca en "Rebeca" es su dúo protagonista. La bella Joan Fontaine -hermana de Olivia de Havilland- es perfecta para representar, a través de su expresivo rostro, a una modesta y tímida joven que se ve envuelta, sin comerlo ni beberlo, en una situación de una tensión brutal. Por otra parte, de todos es sabido que Laurence Olivier es, sin lugar a dudas, uno de los mejores actores de su generación y el más aclamado de todos los intérpretes shakespeareanos. Pero, pese a que son Fontaine y Olivier los que realmente llevan el peso de la película, el personaje más interesante de todos es el de la dama de llaves -encarnado por una espectacular Judith Anderson-, con su rostro tan siniestro como impenetrable y sus modales tan refinados como ladinos. Junto a ellos, tenemos la mansión de Manderley, cuya presencia -bien explícita o implícitamente- es constante a lo largo de todo el metraje, convirtiéndose así en un personaje más del relato. No en vano, será la llegada de los protagonistas a la casa el punto de inflexión de "Rebeca": a partir de ese momento, la tensión va en aumento y el espectador se ve invadido por una sensación extraña, mezcla de inquietud y miedo, de la que la maestría para el suspense del gran Hitchcock tiene la culpa.

Y tampoco hay mucho más que decir de la ganadora al Oscar a la mejor película de 1940, salvo que cuenta con una ambientación sobresaliente y una muy lograda fotografía. Quizás la única pega (por ponerle alguna) la encontremos en el final, momento en el que Hitchcock -o más bien Daphne du Maurier, la autora del libro en el que se basa el guion de Robert E. Sherwood y Joan Harrison- juega con nosotros al dar lugar a unos cuantos giros inesperados en la historia que hacen que la película, que ya de por sí era interesante, roce lo obsesivo. Hasta ese momento -en el que todo estalla- la película, sin ser en absoluto aburrida, es conducida con mano firme por el director británico, maestro en mantener al espectador en vilo merced a una tensión que va en aumento hasta que se produce la explosión final, como si todo lo que hay antes de ese insólito desenlace fuera una mera preparación. Algo por otra parte nada novedoso en la filmografía de Hitchcock.

De modo que se puede decir, a modo de conclusión, que que "Rebeca" es una digna ganadora del Oscar a la mejor película, cuyos platos fuertes son, por un lado, las interpretaciones de Fontaine, Olivier y Anderson; y por otro, una historia llena de personajes ambiguos y situaciones tensas en la que Hitchcock se mueve como pez en el agua, haciendo que el espectador no pueda apartar ni un segundo la mirada de la pantalla ni aunque le estén sangrando los ojos. Es lo que tienen los maestros.

Aquí la película completa en su versión doblada al castellano.



by Chuparrocas

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