jueves, 20 de marzo de 2014

1931/1932: EL COCHE DE MADAME GRUZENSKAYA

GRAN HOTEL

Título original: Grand Hotel
Año: 1932
País: EE.UU.
Duración: 120 min.
Director: Edmund Goulding
Guión: William A. Drake, según la obra homónima de Vicky Braum
Montaje: Blanch Sewell
Fotografía: William H. Danields
Productor/es: Irvin Thalberg
Compañía: MGM
Intérpretes: Greta Garbo, John Barrymore, Joan Crawford, Wallace Beery, Lionel Barrymore, Jean Hersholt, Robert MacWade et al.

Ganadora de 1 Oscar: mejor película


Alemania. Periodo de Entreguerras. En el Gran Hotel de Berlín se aloja lo más selecto de la alta sociedad europea: una famosa bailarina rusa, un misterioso y seductor barón, un gran empresario y su atractiva secretaria y un modesto obrero que, al serle diagnosticada una enfermedad mortal, decide pasar sus últimos días rodeado de lujo. Las vidas de todos ellos se entrecruzarán tumultosamente, produciéndose risas, llantos, conspiraciones, robos... e incluso muertes.

Hay películas que destacan por su apartado técnico, como pueden ser la decoración o la fotografía. En otras lo verdaderamente importante son los aspectos más artísticos, como la realización o el guion. Pero hay otras que pasan a la historia por sus antológicas interpretaciones. Al igual que ocurre en el fútbol, donde un equipo mediocre puede volverse excelente gracias a una plantilla estelar, hay películas bastante flojas que terminan por convertirse en magistrales gracias al trabajo de sus actores. Esto es lo que sucede con "Gran Hotel", una cinta que 
-siguiendo con el símil balompédico- podría considerarse como el Real Madrid del cine, pues posee, según muchos, el mayor número de estrellas que jamás se haya podido reunir en una superproducción: Greta Garbo, Joan Crawford, Wallace Beery y los hermanos Barrymore. De ahí que la apariencia teatral en "Gran Hotel" sea tan fuerte: en ocasiones no parece que estemos viendo una obra cinematográfica sino más bien la filmación de una representación escénica.

No obstante, (casi) siempre que se unen muchas estrellas en un mismo sitio suele haber rencillas -y alguna que otra extravagancia- entre ellos, y "Gran Hotel" no fue para menos. Cuentan que la Garbo, temerosa de que su caché se viera reducido, no consentía aparecer en escena junto a los dos hermanos Barrymore simultáneamente -unos auténticos fuera de serie en la época- y por ello se optó por una solución salomónica: la actriz compartiría plano solo con uno de ellos cada vez. Así, al no existir el dúo, no tendría nada que temer. Pero los caprichos de la Garbo no terminaron ahí: la película está repleta de primeros planos de su rostro, generalmente acompañados por frases lapidarias, como si ella fuera la auténtica estrella de la función. Otra curiosidad -un poco más absurda- es la que concernió al enorme (en todos los sentidos) Wallace Beery: acostumbrado a la comedia, el actor se negó a interpretar un personaje de tanta carga dramática como el del general Preysing. Cambió de opinión cuando los productores le permitieron realizar una de sus especialidades: poner acento alemán. Del resto de actores solo diré que no me consta que exigieran ninguna cosa rara y que, al igual que Garbo y Beery, raya a muy buen nivel, sobre todo los dos Barrymore: uno (John) haciendo las funciones del galán de turno y el otro (Lionel) encargándose de poner la nota cómica. 

Pero si hay algo importante en una obra teatral aparte de su elenco es el texto: el guion de "Gran Hotel" no solo destaca por sus frescos diálogos, sino también por la perfecta construcción y desarrollo de los personajes y, sobre todo, por la moraleja del final: un claro mensaje optimista dirigido a un pueblo estadounidense que acababa de sacudirse el fantasma de la Gran Depresión y recibía con buen ánimo todo aquello que hablara del triunfo de la humildad frente a la opulencia (No olvidemos tampoco el auge de los totalitarismos que por aquel entonces estaba teniendo lugar en Europa y que desde los Estados Unidos se observaba con cierto recelo.)

Resumiendo: "Gran Hotel" es un filme notable, que aglutina a algunos de los más grandes actores de la historia, con un guion muy logrado y una historia fresca muy acorde con la época en la que se estrenó. Puede que no conmueva demasiado o que no te deje con esa sensación extraña que provocan las obras maestras, pero es una digna merecedora del premio a la mejor película de 1932 y uno de los clásicos inmortales del cine estadounidense. 

Como curiosidad final: "Gran Hotel" aparece mencionada en la película "El apartamento", justo en el momento en que C. C. Baxter está cenando en su casa mientras ve la televisión.

Pinchando la foto que acompaña la entrada podréis acceder a la película completa y en versión original.


by Chuparrocas

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