domingo, 9 de marzo de 2014

1930/1931: MUCHO MÁS QUE UN WESTERN

CIMARRÓN

Título original: Cimarron
Año: 1931
País: EE.UU.
Duración: 120 min
Director: Wesley Ruggles
Guión: Howard Estabrook, según la novela homónima de Edna Ferber
Música: Max Steiner
Montaje: William Hamilton
Fotografía: Edward Cronjager
Productor/es: Wesley Ruggles y William LeBaron
Compañía: RKO
Intérpretes: Richard Dix, Irene Dunne, Estelle Taylor, William Collier jr., Nance O'Neil, Edna May Oliver, Roscoe Ates et al.

Ganadora de 3 Oscar: película, guion adaptado, decoración

Norteamérica, 1889. Yancey Cravat, un hombre de espíritu aventurero, vive con su esposa y sus hijos en la casa de sus millonarios suegros. Harto de permanecer encerrado allí mientras el mundo entero se lanza a explorar nuevos territorios, decide dejar la vida fácil e irse a vivir junto a su familia a un pequeño pueblo del oeste. A pesar de tener cierto nombre en la zona, al principio Yancey encontrará dificultades para hacerse valer. Pero gracias a su carisma y su revólver terminará alcanzando logros que harán que, a lo largo de 40 años, la ciudad prospere, transformándose en el estado que hoy todos conocemos como Oklahoma.

Es curioso que, en los más de 80 años de historia que tienen los Óscar, tan sólo tres cintas de un género tan americano como el western hayan ganado el premio a la mejor película. Además, si repasamos detenidamente los tres títulos nos damos cuenta que todos ellos poseen unos rasgos un tanto particulares: "Bailando con lobos" no es el típico western de sobremesa sino una película que, aunque se desarrolla en el oeste americano, no tiene duelos, ni sheriff, ni saloon, ni -lo más importante- a John Wayne. "Sin perdón" sí que podría considerarse un western a la usanza clásica, pero sus pretensiones deconstructivistas lo acercan más a la crítica satírica que a la reformulación respetuosa. Y por último, la que nos ocupa, no puede considerarse un western en su totalidad. Sí es cierto que gran parte del metraje contiene los ingredientes característicos del género, pero la película, en realidad, narra los cuarenta primeros años de la historia de un estado norteamericano. Así que se puede afirmar que "Cimarrón", más que un western, es una película histórica.

Dicho esto, es inevitable reconocer que "Cimarrón" es el prototipo de película "oscarizable": eso que entendemos hoy en día como la típica superproducción espectacular -estilo "Lo que el viento se llevó"- que arrasa en las nominaciones y con cierto toque épico. De hecho, si hay algo a lo que me recordó esta "Cimarrón" de Wesley Ruggles, fue -salvando las distancias, lógicamente- a la mítica cinta de Victor Fleming. La película tiene la ampulosidad y la grandeza de los dramas épicos, con grandes multitudes llenando la pantalla y una decoración espectacular (por la que ganó el Oscar). Con todo, es evidente que le faltan medios y, quizá, un poco de tiempo: si "Cimarrón" se hubiera filmado varios años después a cuando realmente se hizo, habría ganado muchísimo en lo que respecta a imagen, sobre todo gracias a la introducción del color.

Continuando con el tema, en "Cimarrón" aún se aprecian ciertas reminiscencias de la técnica actoral del cine mudo. No obstante, estas son tan nimias que se puede decir con toda justicia que estamos ante una película de transición. La anterior ganadora, la gran "Sin novedad en el frente", aún guardaba cierta afectación interpretativa en gran parte de su elenco. En una de las posteriores, la insulsa "Cabalgata" (de la que hablaré próximamente), en cambio, esta es inexistente. Por lo que respecta a "Cimarrón", esta sobreactuación solo se aprecia en la figura de Richard Dix, gran actor forjado en los terrenos del cine mudo que hizo con esta película su sexta incursión en el sonoro. Una expresividad que queda resaltada aún más si cabe gracias al exagerado maquillaje que luce su rostro.

Y precisamente es el papel protagonista el mayor fallo de esta gran película. Yancey es el hombre perfecto: alto, fuerte, apuesto, rico, seductor, cortés con todo el mundo (con los buenos, con los malos, con los indios...) y con una familia ejemplar. Yo diría que incluso caga oro, como Tywin Lannister. Por si esto fuera poco, es profundamete creyente, tremendamente justo y completamente honrado. (¡Incluso tiene un hijo geólogo! ¿Qué más se puede pedir?) Es más que un héroe: es un superhéroe. El superhéroe de Oklahoma. Todo lo que hace lo hace bien, incluso si está mal. Tiene algunas actuaciones un tanto criticables, pero no pasa nada: abandona a su mujer diez años, pero cuando vuelve se le perdona; defiende a una prostituta a la que todo el pueblo odia, pero da igual: ¡es Yancey Cravat! Es un personaje tan irreal que raya en lo absurdo y esto, siendo el protagonista, provoca que el espectador termine por no tomarse en serio lo que está viendo en la pantalla. Si Yancey fuese un poco más humano (en el sentido de "imperfecto") sería todo mucho más asumible.

No obstante, este defecto no es razón suficiente para considerar "Cimarrón" una mala película. Antes al contrario, es un largometraje notable, muy entretenido -sorprende el modo tan sutil que tiene de pasar del género del western al histórico- con una dirección artística de quitarse el sombrero, buenas interpretaciones y una historia que toca temas que van desde la justicia, hasta la igualdad de razas, pasando por la situación de la mujer en el mundo. Una película que no sólo no aburre, sino que además conmueve. De obligada visión.

Para los cinéfilos más recalcitrantes: aquí tenéis la película completa y en versión original subtitulada en español.


by Chuparrocas

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