viernes, 7 de marzo de 2014

1929/1930: NO A LA GUERRA

SIN NOVEDAD EN EL FRENTE

Título original: All Quiet on the Western Front
Año: 1930
País: EE.UU.
Duración: 125 min.
Director: Lewis Milestone
Guión: George Abbot, según la novela "Im Western nichts Neues", de Erich Maria Remarque
Fotografía: Arthur Edeson
Montaje: Edgar Adams
Productor/es: Carl Laemle jr.
Compañía: Universal Pictures
Intérpretes: Louis Wolheim, Lew Ayres, John Wray, Arnold, Lucy, Ben Alexander, Scott Kolk, Owen Davis Jr., Walter Browne et al.

Ganadora de 2 Oscar: película, director.

Acaba de estallar la I Guerra Mundial y en Alemania la gente lo celebra exaltada. Todos salen a la calle a despedir a las tropas y darles ánimos para que defiendan al káiser y al país. En un instituto de un pequeño pueblo, el profesor Kantorek les cuenta a sus alumnos los beneficios de la guerra y les anima a alistarse en el ejército, pues será una oportunidad de conseguir gloria, fama y mujeres. Paul y el resto de sus amigos, enfervorizados, aceptan alistarse y a los pocos días están en la escuela de adiestramiento. Pero cuando llegan al campo de batalla, todo lo que al principio eran risas e ilusiones juveniles se desvanece: muertos por doquier, sufrimiento, horror... y ni pizca de lo que aquel profesor les había contado. Paul descubrirá entonces lo que significa la guerra realmente, en fuerte contraste con lo que imaginan sus compatriotas.

Después de la enorme decepción que me supuso "La melodía de Broadway" me enfrenté a la siguiente película con todas las ganas del mundo, pues era una de las muchas que ya había visto. Sin embargo, apenas recordaba nada de ella. Sabía que era un peliculón, sí, pero no recordaba que fuera tan rematadamente buena. Sin ir más lejos, esta fue, con dos estatuillas, la primera película que ganó más de un Óscar: en concreto los de mejor película y mejor director, ambos totalmente merecidos. Pues "Sin novedad en el frente", un hermoso e impresionante canto al antibelicismo, es lo mas parecido a una obra maestra que podemos encontrarnos. Y si no lo es se debe, lógicamente, a las limitaciones técnicas típicas de la época.

"Sin novedad en el frente" es una película que saca el máximo partido a todos los recursos cinematográficos de los que hace gala. Por lo que respecta a efectos especiales, decoración y figuración, la película raya en lo superlativo. Es decir: no estamos ante una película que escatime en gastos, en la que las explosiones parecen petardos. No. En "Sin novedad en el frente" es patente un gasto económico notable, tanto en lo tocante a las impresionantes secuencias de acción como a las grandes multitudes de extras que las conforman. Lógicamente, la precariedad técnica de la época impide mostrar el realismo que atesoran otras cintas del mismo género, como "Salvar al soldado Ryan" o "El día D", pero, bajo los cánones de los años 30, esto debió ser lo más parecido a una superproducción de acción que se podía encontrar.

Con todo, esta película no sólo destaca en el apartado técnico, siendo también notables sus logros artísticos. En primer lugar tenemos su guion, basado en la novela homónima de Erich M. Remarque. Dejando a un lado la excepcional caracterización de los personajes -todos y cada uno de ellos muy diferentes entre sí- "Sin novedad en el frente" cuenta con unos monólogos memorables, como el del profesor (con el que se abre la película) o el del propio Paul al volver a la escuela donde se educó, uno de los momentos claves del filme. Junto a estos, conviven diálogos realmente buenos -como el de las tropas preguntándose por qué existen las guerras- y situaciones francamente divertidas -como la escena de las chicas francesas-. Asimismo, como se ha comentado, la caracterización de los personajes es perfecta y su evolución a lo largo del metraje, muy creíble. De entre todos ellos, el más carismático es el de Kat Katzinsky, una especie de ladronzuelo que se dedica a robar comida para que los miembros de su tropa puedan alimentarse. Y parte de ese carisma radica, por supuesto, en el peculiar rostro de su intérprete, el actor neoyorquino Louis Wolheim. El resto del elenco -en su mayor parte compuesto por varones- le sigue a la zaga, sin que podamos decir que hay uno que destaca sobre los demás. No obstante, las actuaciones aún conservan ciertas reminiscencias de la sobreactuación del cine mudo, algo que aún tardará algunos años en desaparecer.

Mas si algo hay que destacar en esta película es la labor de su director. Lewis Milestone, sin ser un nombre muy conocido, no solo logra entretener a través de las imágenes y los sucesos que pone en escena, sino también emocionar. Además, la forma en que desplaza la cámara es realmente espectacular, siendo el paradigma de ello la secuencia del ataque a las trincheras, en la que se nos muestra a un soldado haciendo un barrido hacia la derecha con una ametralladora y, mediante un montaje paralelo, un traveling lateral en la misma dirección que el arma en el que vemos a los soldados de infantería desplomándose. Como si la cámara fuese la propia arma y nosotros los ejecutores que la empuñamos. Brillante.

En definitiva, se puede decir que "Sin novedad en el frente" es una película superior. Tiene todo lo que se le pide a una cinta de categoría: entretenimiento a raudales, calidad artística y mensaje moral que invita a la reflexión. Sería la película perfecta de no ser por un aspecto: la forma en la que están representadas las muertes en el campo de batalla. Y es que las vísceras, los desmembramientos y la sangre no eran una visión muy agradable para la sociedad puritana de aquella época, hasta el punto de que no parece que los soldados fallezcan a causa de sus heridas de guerra, sino que más bien es como si sufrieran muertes súbitas causadas por paros cardíacos o cosas por el estilo. Aun así, esta laguna no opaca la calidad general de "Sin novedad en el frente", que, a mi juicio, puede ser considerada (sin temor a equivocarnos) una justa ganadora del Óscar a mejor película.

A continuación tenéis el vídeo de la película completa y en su versión original.


by Chuparrocas

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